La Policía Municipal de Usera atrapa a un septuagenario, español, cuando vendía gallinas a una mujer que se dedica a ritos matando a aves en locales, cerros y cementerios de la capital.
Este periódico lleva más de un año denunciándolo: la aparición de animales muertos, pollos sin cabeza, platos con sangre en lápidas de cementerios, ofrendas a Satán, en distintos puntos de la capital. Pues bien, agentes de la Comisaría Integral del Distrito de Usera, de la Policía Municipal, han cazado ‘in fraganti’ al principal suministrador de las aves que son utilizadas en estos ritos en plena venta.
Para entender lo que ha estado ocurriendo, hay que remontarse al 5 de diciembre de 2021. Aquel día, se presentó en dependencias policiales del barrio la responsable de una asociación protectora de animales.
Afirmó que tenía constancia de que, al menos desde el anterior mes de febrero, se estaban practicando delitos de maltrato a especies con sacrificios de animales vivos.
La mujer adjuntó un informe de tres páginas elaborado por ella misma, en el que se incluían imágenes captadas de personas, principalmente dominicanas, transportando aves en cajas. Incluso en estaciones de Metro.
En su denuncia, especificó que la venta de las gallinas las realizaba ilegalmente el antiguo propietario de una tienda de animales, piensos y demás artículos de esa índole, que había estado funcionando en Usera. Añadió que sabía que en ese momento a lo que se dedicaba era a traer desde Toledo animales por encargo y que los vendía en una pequeña furgoneta, previo contacto telefónico de los clientes interesados con un día de antelación.
ABC dio cuenta no solo de la aparición de estos altares en zonas como el Cerro Almodóvar o rincones de Usera, sino que informó de la existencia de este tráfico ilegal de animales vivos. Hasta que anteayer, martes, a las 10.50 horas, agentes de la Oficina de Atención al Ciudadano fueron avisados de que el vehícul sospechoso estaba aparcado en la calle del 15 de agosto.
La pareja de policías municipales acudieron al lugar y vieron, efectivamente, cómo se trataba de la pequeña furgoneta en cuestión y que tenía el portón trasero abierto. Un hombre de edad avanzada, además, sacó una gallina viva de unan caja de cartón y se la mostraba a una mujer.
Se acercaron y los identificaron. El vendedor es un hombre español que el mes próximo cumplirá 73 años. La clienta, una dominicana de 37. El traficante de aves no tenía antecedentes policiales, pero sí acumulaba denuncias de vecinos precisamente por hechos de este tipo.
Para entender lo que ha estado ocurriendo, hay que remontarse al 5 de diciembre de 2021. Aquel día, se presentó en dependencias policiales del barrio la responsable de una asociación protectora de animales.
Afirmó que tenía constancia de que, al menos desde el anterior mes de febrero, se estaban practicando delitos de maltrato a especies con sacrificios de animales vivos.
La mujer adjuntó un informe de tres páginas elaborado por ella misma, en el que se incluían imágenes captadas de personas, principalmente dominicanas, transportando aves en cajas. Incluso en estaciones de Metro.
En su denuncia, especificó que la venta de las gallinas las realizaba ilegalmente el antiguo propietario de una tienda de animales, piensos y demás artículos de esa índole, que había estado funcionando en Usera. Añadió que sabía que en ese momento a lo que se dedicaba era a traer desde Toledo animales por encargo y que los vendía en una pequeña furgoneta, previo contacto telefónico de los clientes interesados con un día de antelación.
ABC dio cuenta no solo de la aparición de estos altares en zonas como el Cerro Almodóvar o rincones de Usera, sino que informó de la existencia de este tráfico ilegal de animales vivos. Hasta que anteayer, martes, a las 10.50 horas, agentes de la Oficina de Atención al Ciudadano fueron avisados de que el vehícul sospechoso estaba aparcado en la calle del 15 de agosto.
La pareja de policías municipales acudieron al lugar y vieron, efectivamente, cómo se trataba de la pequeña furgoneta en cuestión y que tenía el portón trasero abierto. Un hombre de edad avanzada, además, sacó una gallina viva de unan caja de cartón y se la mostraba a una mujer.
Se acercaron y los identificaron. El vendedor es un hombre español que el mes próximo cumplirá 73 años. La clienta, una dominicana de 37. El traficante de aves no tenía antecedentes policiales, pero sí acumulaba denuncias de vecinos precisamente por hechos de este tipo.
Los policías le preguntaron por el origen de los animales y por si era consciente de las mencionadas denuncias, a lo que contestó: «Los compro en una granja de Ciudad Real. Los vendo a antiguos clientes de mi tienda, previa cita, a entre 6 y 10 euros. No tengo conocimiento de esas quejas ni para qué usan las gallinas los compradores. No es de mi incumbencia saber para qué las necesitan». Y, lógicamente, no aportó ninguna factura ni documentación sobre las especies.
Las gallinas estaban metidas en cajas de cartón, cerradas aunque no precintadas, y fueron los propios agentes quienes les hicieron agujeros para que pudieran respirar bien y no morir asfixiadas. El coche estaba aparcado al sol, desconocían desde qué hora y, además, no sabían en qué condiciones sanitarias estaban las aves.
El sujeto fue informado de que estaba imputado, aunque no detenido, por un presunto delito de maltrato animal y que sería citado por la autoridad judicial. En total, intervinieron diez ejemplares: dos palomas, unan gallina de Guinea y siete gallinas pollo. Han sido trasladadas al Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid, en el barrio de La Fortuna.
Huesos de muertos en una tienda
El 20 de noviembre de 2021, la Policía Municipal encontró en un comercio esotérico, regentado por una mujer de origen hispanoamericano, cuatro tibias de otros tantos jóvenes (tres varones y una mujer). Fueron enviados al laboratorio forense de la Universidad Complutense. Se sabe, por lo pronto, que tienen una antigüedad de más de veinte años. Podrían haber sido extraídos de un osario de la Guerra Civil, de una fosa común o incluso de una tumba profanada en un cementerio.
Asimismo, se ha observado que cuando se acercan noches de luna llena, sube la demanda de ciertas personas para adoptar gatos. Como ocurría en la Edad Media (o eso aseguraba la Inquisición), para someterlos a sacrificios.
Brujería para venganzas
En agosto de ese año, se hallaron gallos decapitados a los pies de tres árboles, en el parque forestal de Julio Alguacil Gómez (Villaverde). Se recogieron más de 9 kilos de carne animal usado para magia negra. «Se hace para lograr algo que llevas persiguiendo tiempo, como venganza contra una persona o como iniciación en una banda», explicó un santero a ABC.
Otro punto al aire libre detectado es el Cerro Almodóvar , en Vicálvaro, donde desde la Prehistoria se acudía a realizar ritos y que sigue siendo escenario de estas prácticas. Un cementerio antiquísimo, una iglesia enterrada, un búnker de la Guerra Civil, la muerte de un piloto alemán que se estrelló allí durante la contienda… Son muchas las ‘razones’ que hacen, para quienes creen en estas cosas, un espacio ‘mágico’ este apartado enclave.